A menudo, me encuentro con colegas magos y aprendices de magos que se lamentan por haber descubierto en redes sociales, revelado, el secreto detrás de un truco de magia. En charlas informales, algunos me preguntan: “¿No odias al mago enmascarado?”. Y la respuesta es que no.
Hay que comprender que el valor de la magia no reside solo en el secreto, sino en las emociones que podemos generar con eso. El verdadero arte radica en el engaño psicológico a la mente del espectador.
Los magos dominamos diversas técnicas, y una de las fundamentales es la “pregunta obnubilante”. ¿Qué es esto? Consiste en distraer imperceptiblemente la mente generando una pequeña pregunta o idea. Durante ese breve instante, realizamos la trampa necesaria, y como la pregunta no fue crucial, el espectador ¡ni siquiera la recuerda!.
Contrario a la creencia popular, los magos no “distraemos” para realizar trucos; atraemos y dirigimos la atención para luego sorprender. Esto no es solo aplicable a la magia, sino a cualquier aspecto de la vida.
El Director de Cine y la Difícil Danza de la Atención:
Imagina un director de cine que busca manipular la atención de su audiencia para generar suspenso. Cuando quiere crear anticipación, guía la cámara (nuestra vista) hacia donde él desea. Luego, de manera inesperada, cierra una puerta y revela algo sorprendente consiguiendo su objetivo. A diferencia del director, los magos no tenemos la libertad de fijar la cámara; debemos lograr que los espectadores enfoquen sus propias “cámaras mentales” donde nos conviene. Estas técnicas fundamentales que el mundo de la magia desarrolló hace cientos de años se pueden aplicar también al mundo laboral y social.
Entonces, ¿cuáles son las preguntas o ideas obnubilantes?
Te lo explico con un ejemplo sencillo: quiero hacer desaparecer una moneda. Muestro claramente una moneda de 50 centavos en mi mano izquierda y la mano derecha parece tomarla para llevársela. En realidad, la mano izquierda la mantiene en su mano oculta y la derecha sólo simula llevarla. Este acto, aunque requiere práctica y coordinación, se vuelve prácticamente indetectable si, al momento de simular tomar la moneda levanto la mirada y pregunto al espectador “¿de qué valor es la moneda?”
El espectador, al responder, queda virtualmente ciego a la manipulación, ya que su atención se desvía por un instante para responder “50 centavos”. Sabemos los magos por experiencia y la neurociencia por estudios que la mente no puede enfocarse en 2 cosas a la vez con la misma intensidad el espectador estaba pensando en responder el valor de la moneda y aunque físicamente veía mis dos manos juntándose no estaba PERCIBIENDO que solo simulé tomar la moneda. De hecho a ese espectador luego viene un tercero y le pregunta “¿qué pasó?” va a responder, “tomó la moneda en su mano derecha la abrió y no estaba más” a lo que el tercero le va a preguntar “¿pero no hizo nada? ¿estas seguro?” y el espectador va a decir “te lo juro, no le saque un segundo la mirada de encima”
Aplicación en el Mundo Empresarial:
Imagina que estás en una reunión con alguien importante. Quieres transmitir una idea clave, pero por desconocimiento, introduces en ese momento una idea o pregunta obnubilante que distrae sutilmente a la otra persona. Como resultado, la información que querías compartir NO se recibe como esperabas.
Al controlar la atención de la otra persona, puedo dirigir su enfoque hacia donde quiero. Esto también me permite evitar que se concentre en la parte que prefiero disimular.
Al ser conscientes que todo lo que hacemos y decimos forma parte del mensaje que enviamos al otro vamos a poder ser más eficientes en nuestras exposiciones, evitando distracciones en los momentos claves.
Conclusión
Esta habilidad es esencial en todos los aspectos de la vida. Cuando quiero transmitir una idea, o destacar un punto crucial, es fundamental que la otra persona me preste atención completa y sin distracciones. Así, podrá percibir con claridad y memorabilidad el mensaje que quiero comunicar.
Invito a dueños, management de empresas y a emprendedores a explorar cómo estas técnicas pueden mejorar su capacidad de comunicación y generar experiencias memorables.